martes, 12 de agosto de 2014

Té y lectura para hoy :)

Si el hombre no ha bebido té, es incapaz de entender la verdad y la belleza
Proverbio japonés

Foto: Vero Mariani

El frío todavía permanece entre nosotros y las ganas de leer un libro acompañados de un rico blend, prevalece. Es más, quiero leer, pensaba hoy bien temprano, un libro relacionado al té mientras me tomo una taza calentida. Ja! Qué pretenciosa fue el pensamiento que siguió… hasta que se me ocurrió pedirle a la escritora Anahí Flores (La Lectora en la Ciudad) que me recomendara algunas lecturas acordes con mis ganas.
Y lo logré.  
Ana contestó enseguida con una hilera de mails junto a grandes propuestas.

Arrancamos cantando (y leyendo) una canción inolvidable de Doris Day: Tea for two

Foto: Image Google

La luz ondea en el viento 
La mesa sirve té para dos 
Estoy recostado en el sofá 
solo mirándote... 

Parece que has descubierto algo 
En la receta que estás leyendo 
Me pregunto, ¿qué estarás haciendo? 
Pero si eres tú quien lo hace para mí 
Incluso el sólo aroma de la vainilla me haría feliz 
Así, podríamos continuar por siempre 

Importante, tan importante 
Eres la persona más importante en el mundo 
Por siempre, por siempre 
Déjame verte sonreír a mi lado 

Actuando como que estaba ayudándote... 
era una mentira 
Sólo quería besarte 
Y mientras te abrazo por detrás 
Pregunto, ¿cómo vas con la cocina? 

Si el mundo terminara mañana 
Querría seguir sonriendo como ahora 
A ti, quien seguramente estaría leyendo la receta 
Te besaría 
Te diría que te amo 
Y estaría bien si solo asientes 
Al igual que hoy... 

Tú y solo tú 
Puedes hacerme fuerte y débil 
Te amo y te amo tanto 
Asustado de pensar que sería si no me amaras 
Aún si es doloroso querría protegerte 

Importante, tan importante 
Eres mi persona mas importante en el mundo 
Mas que todo, mas que todo 
Nuestro encuentro es una bendición 
Solo nosotros don juntos, así



Foto: Vero Mariani para Téamí

Seguimos con María Elena Walsh y su clásico "Canción para tomar el té", que nos lleva a pasear por el mundo de la fantasía y del encuentro especial a través de una nueva taza de té.

Estamos invitados
a tomar el té.
La tetera es de porcelana
pero no se ve.
Yo no sé por qué.

La leche tiene frío
y la abrigaré
le pondré un sobretodo mío
largo hasta los pies
Yo no sé por qué.
Cuidado cuando beban
se les va a caer
la nariz dentro de una taza
y eso no está bien
Yo no sé por qué.
Detrás de una tostada
se escondió la miel.
La manteca, muy enojada,
la retó en inglés.
Yo no sé por qué.
Mañana se lo llevan
preso a un coronel
por pinchar a la mermelada
con un alfiler.
Yo no sé por qué.
Parece que el azúcar
siempre negra fue,
y de un susto se puso blanca
tal como la ven.
Yo no sé por qué.
Un plato timorato
Se casó anteayer.
A su esposa la cafetera
la trata de usted
Yo no sé por qué.
Los pobres coladores
tienen mucha sed
porque el agua se les escapa
cada dos por tres.
Yo no sé por qué.

Walsh también tiene un poema llamado "Londres", que está en el libro Tutú Marambá, y que vale la pena traerlo a este post según las recomendaciones de Anahí.



 ¡Qué bien que la estoy pasando! Ojalá que ustedes ya se hayan sumergido en la magia del té y la literatura como yo... 

Ahora Anahí recuerda la famosa escena de la magdalena de Marcel Proust.

« […] En cuanto reconocí el sabor del pedazo de magdalena mojado en tila que mi tía me daba (aunque todavía no había descubierto y tardaría mucho en averiguar el por qué ese recuerdo me daba tanta dicha), la vieja casa gris con fachada a la calle, donde estaba su cuarto, vino como una decoración de teatro a ajustarse al pabelloncito del jardín que detrás de la fábrica principal se había construido para mis padres, y en donde estaba ese truncado lienzo de casa que yo únicamente recordaba hasta entonces; y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados, y los caminos que seguíamos cuando hacía buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar forma, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfas del Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té […]»

(Marcel Proust, En busca del tiempo perdido: Por el camino de Swann)




Foto: Vero Mariani para Téamí

Antes de despedirnos,  los dejo directamente con Anahí, para que ella misma les presente a uno de sus últimos poemas relacionados, casualmente, al mundo del té.

Noelia pertenece a Chicas, un poemario en construcción que reúne, en orden alfabético, una serie de chicas con diferentes cualidades (cada texto es una chica). Algunas son más oscuras, como Noelia, a quien les presento más abajo. Otras son diurnas y soleadas, como Helena u Ofelia. Hay chicas inspiradas en la realidad y otras no tanto.

El proyecto Poemas a medida, en el que escribo poemas por encargo, aportó algunas chicas reales como Inés, Camila y Agustina.

¿Noelia es un vampiro? Eso no importa. En todo caso, toma su propia sangre que, como nos enteraremos al leer el poema, es un sustituto del azúcar.
Me gustan los sentidos absolutos, en este caso el olfato la vuelve a Noelia una inventora de blends un tanto particular. Por eso se la presento a Marcela Manetti, entre colegas tal vez se entiendan. Eso espero…
Anahí Flores

Noelia
Hace muchísimos años
en esa mansión de piedra
vivía una dama antigua
que se llamaba Noelia.

Pasaba los días sola
(ni se asomaba al balcón)
esperando a que se fueran
el día y la luz del sol.

Tenía pálida la piel,
era casi transparente.
“Parece hecha de papel”,
comentaba alguna gente.

Noelia tenía un secreto
que solamente yo sé:
su nariz era absoluta
y era inventora de blends.

En el barrio sospechaban:
“¿Por qué guarda tantas tazas
si nunca tiene invitados
en su mansión con terraza?”

Y luego, algunos decían:
“No tiene ningún amigo
y jamás sale de día…
¡seguro que es un vampiro!”

Nadie sabe que Noelia
tomaba tazas humeantes
de los más antiguos tés
que endulzaba con su sangre.


¡Que tengan linda semana! 
El sábado los espero en el taller de Diseño de Blends en Arriba, todavía están a tiempo de sumarse :)



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