miércoles, 7 de mayo de 2014

Los chicos y el té

Hoy les propongo comenzar a leer luego de poner Play en este temón de María Elena Walsh :=) 

Otro de mis grandes amores son los niños y sus mundos imaginarios… Por eso amo a Elsa Borneman,  la creadora de grandes clásicos para chicos. Me imagino que ya se estarán preguntando si me confundí de espacio donde desplegar mis inquietudes y reflexiones… No, ¡no me confundí! Porque hoy quiero dedicar esta publicación a los chicos y el té.

Foto Pinterest

Pensando en un sabor que juegue con los sentidos y emociones de los más peques (y de los adultos!), elegí al querido y a veces olvidado Rooibos.

El Rooibos es una planta de origen sudafricano cuyo término significa “arbusto rojo”, es muy popular debido al uso que se le da a sus hojas en infusión, como no viene de la ya conocida planta del Té, camellia sinensis, podemos decir entonces que no es té, sino que es una riquísima y dulce infusión que se caracteriza por su sabor meloso con delicadas notas de nuez.

La preparación del Rooibos lleva entre 5 ó 6 minutos; es el tiempo en el que su licor se torna rojizo o parduzco.

Foto Danisa de Origamizate

Si hablamos de beneficios, les cuento que estas pequeñas hojitas en forma de agujas  contienen altos niveles de vitaminas y minerales; principalmente magnesio, potasio y calcio, y como si esto fuera poco se trata de una bebida sin cafeína, por lo que es apta para ser bebida por los niños o personas con hipertensión. También altamente recomendada para personas con problemas alérgicos ya que tiene propiedades antihistamínicas.

Con todo lo que les conté acerca del maravilloso Rooibos, no me pueden decir que NO lo van a probar; además es ideal para darles de beber a los nenes y nenas de la casa, a ver…

…Habemus receta y cuento:

Para estas nochecitas frescas y húmedas en las que te acostás un ratito al lado de ese bombón ó bombona que te pide un cuento antes de dormir,  preparás un rooibos con trocitos de caramelo, sacás el libro de Elsa Bornemann, elegís el título “Cuello duro” ó “El vendedor de gorras”, haceme caso , dos títulos que no fallan, lo leés en voz alta, no te olvides de cambiar los tonos  así resulta más divertido, se ríen un rato, comparten unos mimos, unos sorbitos del rooibos calentito, el beso de las buenas noches y a soñar con la jirafa Caledonia y con su largo cuello duro.


¡Hasta la próxima!
Marce.


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