El nombre de Pu Erh proviene de la región de Pu'er de Yunnan en China y es consumido desde hace cientos de años en China, aunque en occidente hace relativamente poco que se lo conoce.
El té Pu Erh también es el mal llamado "té rojo" en occidente cuando realmente debería entrar dentro de la categoría de los "dark teas" debido a que en China se lo conoce como "té negro", en su procesamiento alcanza una oxidación del 100%. Dentro de los "dark teas" encontramos a los Pu Erh y a los Hei Cha, ambos son tés fermentados al final de su elaboración.
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Hay dos tipos de Pu Erh: el crudo (en inglés raw) y el cocido (en inglés ripe/cooked). El Pu Erh crudo es fermentado de forma natural ya que utiliza técnicas de producción totalmente tradicionales que datan de la dinastía Tang. En cambio, el cocido conlleva una fermentación artificial mediante una tecnología inventada en 1973. Por lo tanto si alguien intenta vender un Pu Erh cocido de más de 40 años de edad, es imposible.
El té Pu Erh tiene una consideración particular, ya que su largo y complejo proceso de fermentación le otorga una serie de cualidades muy especiales.
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Los chinos dicen que este tipo de té apareció por casualidad, cuando sometieron al té verde a una especial fermentación para hacerlo más resistente y duradero. Desde entonces lo consideran "el té de la salud", ya que, según la medicina tradicional china, actúa sobre las energías que regulan las funciones del cuerpo. Todo ello debido a que cada organismo es un microuniverso en el que interaccionan las energías Yin y Yang.
Parte de la medicina tradicional también valora algunas propiedades del té rojo, como su poder para ayudar en la reducción de grasas y colesterol, así como su inocuidad en personas con estómago delicado, que lo pueden beber sin ningún tipo de problemas, gracias a su fermentación que lo convierte en un té muy bajo en ácidos tánicos.
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Ahora bien, para la medicina tradicional, el fenómeno reductor de grasas y colesterol no se debe a motivos energéticos, sino al efecto acelerador del metabolismo del hígado. Es por lo que se lo conoce también como devorador de grasas porque ayuda a reducir lípidos y disminuir el colesterol malo; muchos médicos nutricionistas lo aconsejan en una dieta para bajar de peso.
¡Es un tipo de té digno de conocer y probar!
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