¿Hay una temperatura ideal para cada té?
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Coincido plenamente con algunos expertos en gastronomía que dicen que “hay una diferencia entre servir comidas y bebidas y hacer un servicio de ellas”.
En lo que al té se refiere hay una gran diferencia en tener o no en cuenta la temperatura ideal del agua para cada tipo de té, logrando así la mejor expresión de las hebras y en caso de haber maridaje, el mejor equilibrio.
Se podría pensar a esta cuestión, la de las
distintas temperaturas, como una estrategia marketinera para darle un plus al
incipiente consumo de tés en hebras en nuestro país. Pero no. Es curioso observar cómo ciertos
protocolos se mantienen a lo largo de la historia del té, no sólo como parte
del servicio sino como punto fundamental, conjuntamente con los tiempos de
infusión, para apreciar correctamente lo que esta bebida nos brinda.
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Si nos remontamos a la antigua China, más
precisamente a la Dinastía Tang , 618 al 907 d.c,
ya se hablaba de las distintas temperaturas. Lu Yu, conocido como el Gran Santo del Té, es uno de los personajes más
interesantes que durante más de mil años ha proporcionado a muchos estudiosos
del té conocimiento espiritual y
práctico acerca del arte de la preparación e infusión. Lu Yu dejó en sus escritos, plasmado a manera de parábola, la importancia de las temperaturas. Él hace una descripción acerca de los tres hervores:
“Cuando el agua caliente es como los ojos de un pez, y existe un ruido leve, este es el primer hervor.Cuando a los costados es como una ola con presencia de perlas, este es el segundo hervor.Cuando el agua posee oleadas gigantes con mucha ondulación, este es el tercer hervor.Cualquier estadío después de éste, el agua es vieja y no puede ser utilizada”
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Así es como Lu Yu describe las temperaturas apropiadas para la preparación de un té blanco o verde: 70º a 75º, primer hervor; un té Oolong: 80º a 85º ; y un té negro: 95º . La temperatura reconocida como collar de perlas es de 95º.
Por lo tanto no hay excusas, si uno no cuenta con los dispositivos que existen hoy para
medir la temperatura del agua, como un termómetro o una pava eléctrica de esas
nuevitas que hay en el mercado, solo hay que AFINAR EL OÍDO Y LA VISTA y de esta manera ¡apreciar todo lo que la hebra nos cuenta!
Cada
persona merece disfrutar del té de manera óptima, por lo que implementar la temperatura ideal
se convierte en un camino de ida.
Ustedes, ¿cómo hacen para medir la temperatura del agua para el té? ¡Esperamos sus comentarios!
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